Szychowski Juan
Luego de permanecer algún tiempo en Buenos Aires, en el legendario "Hotel de los Inmigrantes", arribaron al puerto de Posadas, y desde ahí marcharon a pie durante varios días hasta la recién fundada Colonia de Apóstoles, recorriendo los 80 km. que los separaban de su destino tras los carros que transportaban sus pocas pertenencias.
La vida en Apóstoles
Fueron tiempos difíciles para esos hombres, mujeres y niños que no estaban acostumbrados al abrasador calor tropical y los mosquitos que laceraban su piel. Debieron esperar dos años para poder comer pan, ya que las hormigas y, los carpinchos diezmaban los plantíos de maíz.
Se alimentaban principalmente con mandioca, porotos, batata y aprovechaban la abundancia de animales silvestres que les proveían de carne.
Enfermedades como el paludismo; el cólera y las picaduras de serpientes, segaron las vidas de muchos hijos de aquellos primeros colonos, y los productos logrados no siempre compensaban los sacrificios realizados.
De vuelta por Buenos Aires
Desalentados por tantos infortunios, algunos años después de haberse radicado en Misiones, la familia Szychowski analiza la posibilidad de regresar a Polonia, o de trasladarse a Canadá. En 1914 el joven Juan viaja a Buenos Aires en compañía de su padre Julián, con el fin de obtener un trabajo en esa ciudad y así lograr los recursos necesarios para un nuevo destino.
Permanecen en Buenos Aires 8 meses, cuando el estallido de la primera la guerra mundial los hace desistir de sus planes.
En Buenos Aires, se empleó en una herrería, en cuyas inmediaciones existía un taller que contaba con un torno de precisión de origen alemán que realmente lo impactó. Se quedaba en la puerta, observándolo durante horas, hasta que un día el dueño lo hizo entrar y le permitió trabajar unas horas con él...
El joven Juan memorizó su funcionamiento.
El regreso a Apóstoles
Instaló su propia herrería y comenzó a construir un primer torno de madera con fresa de acero, el que accionaba con un malacate a tracciñn a sangre. A partir de ese rudimentario torno, y durante 3 años, construyó un torno de precisión, enteramente de metal, culminándolo en el año 1919, por lo que, con fundamentos, se presume que fue el primero de es te tipo construido en el país. No posee ni una sola pieza comprada. Todas las poleas, engranajes y platos fueron forjados, pulidos y limados por él. Aún hoy, 80 años despu&eacte;s, muchos ingenieros se acercan hasta La Cachuera para admirarlo y se preguntan cómo este hombre, al que nadie le enseñara a manejar los quebrados (ya que había cursado s&ocute;lo dos años de la escuela primaria), pudo fabricar engranajes de tamaños dispares que trabajaban con tanta precisión y sin ningún error, trazar planos con instrumentos de medición ideados por él, o proyectar y construir una represa sobre un cauce caudaloso.
Con este torno, Don Juan construyó toda la complicada maquinaria para la molienda y el envasado de la yerba mate, como aí también, un molino de arroz y maíz y una fábrica de almidón de mandioca.
Buscando una fuente de energía
A fines de la década del 20, construy&oacte; una represa sobre el arroyo Chimiray para poner en movimiento una rueda de 6 1/2 mts. de diámetro, la que posteriormente sustituyó por la actual turbina tipo Kepler que mueve la dinamo, generando la energía necesaria para los molinos.
Dicho emprendimiento cuenta con la aprobación del Senado de la Nación.
El reconocimiento de su obra
El Sr. Frank Shorr, periodista de la "National Geographic Magazine", visitó las instalaciones de La Cachuera a fines de 1956, Al conocer la obra de Don JUAN SZYCHOWSKI y compartir con él largas charlas, quedó tan impresionado por lo que vió que dedicó un capítulo profusamente ilustrado a la figura y obra de éste.
A raíz de esta publicación, en el año 1957, es nombrado Miembro Honorario de la "National Geographic Society" de Estados Unidos de América, por su tenacidad e ingenio.